martes, 23 de diciembre de 2008

vale

después de tanta mierda que hay en el lugar en donde trabajo, a veces pasan estas cosas que me llenan de emoción. mateo, un bebé de 2 meses que había sido abandonado por su mamá en una iglesia (sí señores, estas cosas no pasan sólo en las películas), conoció a sus papás adoptivos. tantos momentos en que lloramos de tristeza hoy se limpian con las lágrimas de alegría, piel de gallina, esa mujer que con su flamante hijo en sus brazos llora: "hacía cinco años que esperábamos este momento", y mi jefa: "es el mejor regalo de papá noel". hoy sí, queridos: hoy nos vamos todos con una enorme y hermosa sonrisa a casa.

hoy tengo toda la cursilería a flor de piel. estoy muy felíz! qué bien hace llorar de alegría, la pucha...

9 comentarios:

Corina Margarita dijo...

Qué lindas estas noticias, de familias... de llantos de emoción y alegría...

leer esto y escuchar la música es un complemento perfecto...

Besos!

Paola Florio dijo...

Hola mi querida, tanto tiempo!!
Qué hermosa noticia para esos padres y sobre todo para ese chiquito, ojalá que aquí acaben las penas para él ;)

Chechula dijo...

enhorabuena!

que hermosa historia y es real!

abrazos de fin de año y de navidades cursis, rojas y bondadosas!

mechiz dijo...

un cuento de navidad con final feliz!

Margot dijo...

corina, feliz cumpleaños, fue el 3 o por ahi no??? espero hayas pasado un lindo dia.
capi!!! se la extraña, extraño la vida blogguera, ahora espero ocuparme y ponerme internet en casa.
chulets, y a todas en realidad... hermoso hermoso que fue real, y ese nenito precioso hoy está con su familia y es hermoso.

felices fiestas cursis rojas y verdes!

Margot dijo...

mechiz, capi,corina, chula, hace tanto que no husmeo sus blogs!!!! me siento "re out", je.

ramiro.ar dijo...

Hola chica "re out", que lindo lo qe contás. Te mando un beso de nuevo año.

Mercadito de barrio dijo...

ou! qué lindo lo que pasó !!!!!

no entré antes porque pensè que no habías actuaizado.
Se te extraña en la bloggósfera también.

Lillí dijo...

¡Ma' que cursilería ni que cursilería!

Una verdadera ternura.