bajando del colectivo. la elección de quién me acompaña no es difícil: esos ruidos que nunca sé si son mis aros jugando con los auriculares o el tipo éste que se merece un aplauso por poner un ticki ticki justo donde se veía venir un silencio sórdido de despedida. como esa terrible necesidad de justificar los párrafos que escribo, es impresentable, pero porque este fulano no necesita presentación.
con ustedes...
con ustedes...
4 comentarios:
pero qué guapetón!
ahhh!, ahí al fondo se ve la cara!
qué lástima que no se pueda silbar por escrito...
Se puede Margot, se puede
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