"Hacemos escala, también, en el 50% de las casas de ropa. En una de las últimas, yo ya estoy a punto de desfallecer, Sonia 04 se prueba un vestido. Le queda bien. Me ofrezco a regalárselo. Ella se detiene. Piensa. Se mete en el probador. Quince minutos con la cortina cerrada, en un momento supongo que se está afanando el vestido. Sale, ya cambiada.
-¿Y?
-No, dejá.
-¿No te gustaba?
-Sí.
-¿Entonces?
-No me convencía.
-¿Y cuál es la diferencia?
-Vos no entendés a las mujeres.
-Yo creo que nunca voy a escribir cómo una mujer se va a comprar ropa -digo.
Salimos del local. Miro al cielo, y le agradezco a Dios -si es que Dios existe- por haberme creado con un pene entre las piernas. Parece que funciona como brújula para simplificar problemas."
del diario de un neurótico
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