domingo, 25 de mayo de 2008

pizarnik


Son mis voces cantando
para que no canten ellos,
los amordazados grismente en el alba,
los vestidos de pájaro desolado en la lluvia.

Hay, en la espera,
un rumor a lila rompiéndose.
Y hay, cuando viene el día,
una partición de sol en pequeños soles negros.
Y cuando es de noche, siempre,
una tribu de palabras mutiladas
busca asilo en mi garganta
para que no canten ellos,
los funestos, los dueños del silencio.



5 comentarios:

FdA dijo...

la tristeza es una estrategia de dominación, sonreir, a veces es rebelarse, ¿no?

Margot dijo...

sí, tenés razón. y es algo así lo que dice alejandra, no? cantar para que no canten los dueños del silencio. reír para rebelarse. vomitar la risa. escupírselas en la cara. te quiero tanto, sos tan lindo. gracias, bombón.

Gordon dijo...

El silencio es pariente de la tristeza. No encontre todavia causa más noble, o que me convenza más que la lucha contra el silencio, la tristeza y todos sus derivados. Por eso uso todos los artilugios para espantarlos.
Un gusto pasar por este rincon de sentimientos y reflexiones.

Margot dijo...

siga pasando, a ver si se provoca un encuentro entre chinchulines y mollejas algún día.

Gordon dijo...

Claro que en nuestro destino inmediato habra chinchulines, mollejas, pomboletas, brindis y divagues. Un gustazo...